Madrid, 14 ene (EFE).- Aquella noche, como a sus ocho compañeros abogados, a Alejandro también le "mataron un poco". Aunque un bolígrafo le salvó de la bala mortal que le buscaba, siente que también murió junto a sus colegas del despacho de Atocha 55, donde unos encapuchados de extrema derecha entraron a golpe de pistola.
En realidad, Alejandro Ruiz-Huerta sobrevivió a aquella "matanza de Atocha" del 24 de enero de 1977 junto con otros tres compañeros -Miguel Sarabia, Luis Ramos y Dolores 'Lola' González- gracias a que la bala que iba directa a su pecho impactó contra ese bolígrafo que, justo esa misma mañana, le había regalado el administrativo Ángel Rodríguez, quien murió en aquel "durísimo" atentado.
Junto con él también fallecieron el estudiante de Derecho Serafín Holgado y los abogados laboralistas Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo y Enrique Valdevira.
Fue también el cuerpo sin vida de este último el culpable de que Alejandro hoy pueda contar lo que ocurrió aquel lunes de enero de hace casi cuarenta años. Valdevira cayó encima de él y cubrió sus zonas vitales, lo que hizo que este abogado tampoco muriese por el tiro de gracia que los terroristas fueron dando, uno por uno, a los nueve profesionales que trabajaban en aquel despacho.