Junto a la memoria del monte caído donde las palomas no esculpen la luz yo sigo la forma carnal de los días plantando las ramas del norte hacia el sur.
Me puso este oficio la vida llamera ya nunca recuerdo ni como se dio. Pero voy cercando la tierra del hombre donde se hagan suyos los frutos de amor
Estribillo Yo tengo un verano de espinas soleadas quemándose el sueño detrás de la piel ojalá que el hijo no me salga hachero para que no sepa lo que no olvidé.
Vendimiando vientos junté muchas tardes y en los andurriales clavé mi ansiedad y así sobre el yerto maíz de la arena la luna del sueño se hará vegetal.
Y al seguir cerrando parcelas rebeldes sobre el horizonte labrado a sudor, vine a darme cuenta de que mi esperanza también en el tiempo cercada quedó.