Muchas mujeres salen de Rumanía con la promesa de un trabajo en España. La sorpresa llega cuando, al pisar nuestro país, las llevan a un club y les obligan a ejercer la prostitución.
Por si fuera poco, el proxeneta que las engaña se queda con todo el dinero que ganan para pagar la “deuda” que adquirieron al venir a nuestro país y las mantiene amenazadas para controlarlas.
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