Epicentro del terremoto que el pasado miércoles sacudió el centro de Italia, Accumoli es hoy un pueblo fantasma. Alrededor de la céntrica plaza de San Francesco solo hay viviendas resquebrajadas. El ayuntamiento se ha trasladado a una tienda de campaña.

“Estamos preparados para luchar, para afrontar este desafío”, afirma el alcalde, Stefano Petruci, “pero nuestra fuerza económica no es suficiente. Necesitamos ayuda de todo el mundo. Necesitamos contribuciones económicas”.

En Accumoli solo hubo cuatro víctimas mortales. Todos eran miembros de una misma familia sobre cuya vivienda cayó la torre de la iglesia.

Algunos de sus habitantes han tratado de regresar a sus casas en busca de ropas y pertenencias. Solo pueden hacerlo si tienen el visto bueno de los bomberos tras inspeccionar las viviendas.