Farruquito pone boca abajo la Catedral del Cante con su baile 'Improvisao'

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La Unión (Murcia), 9 ago (EFE).- Juan Manuel Fernández Montoya, 'Farruquito', ha vuelto a mostrar hoy, cinco años después de su última actuación en la Catedral del Cante, por qué sigue siendo el mejor bailaor actual poniendo boca abajo el Antiguo Mercado Público de La Unión con su baile 'Improvisao', mezcla de ligereza y garra.



En la penúltima gala del 56 Festival Internacional del Cante de las Minas, el sevillano ha traído a la localidad minera un montaje en el que ha vuelto a las raíces, rebajando el virtuosismo que posee por una vuelta a sus orígenes, al flamenco tradicional y mágico que sale de las entrañas.



"Mi papa, El Farruco -su abuelo- decía que prefiero bailar mal de verdad que bailar bien de mentira, y de eso va este espectáculo", ha declamado el bailaor al terminar una actuación memorable en la que ha estado acompañado por un cuadro flamenco liderado por su tía 'La Mari', al cante, y Román Vicente y José Gálvez, al toque.



Integrándose a la perfección con el cante y la guitarra, Fernández Montoya ha hecho un recorrido por una variedad de palos, desde las alegrías a las bulerías, con muchos momentos de solista que han hecho las delicias de una audiencia que ha aplaudido a rabiar el derroche de calidad artística del bailaor.



Con su arte pulcro, intenso y, a la vez, elegante, Farruquito ha combinado a la perfección ese deambular liviano por las tablas con la garra que transmite a cada paso y a cada mirada.



"El único flamenco que conozco es con el que te formas en casa, en tu familia, en la calle, porque en el flamenco auténtico está el fallo, pero está la verdad", ha concluido un Farruquito entregado que, en homenaje a La Unión, ha invitado a Rancapino 'Chico' a despedir la gala doble por cartageneras con los cuadros de ambos artistas, dejando un momento para la historia del festival.



La noche ha comenzado con uno de los espectáculos más puros y sobrios del panorama actual, a cargo del chiclanero Rancapino 'Chico', el sucesor de una estirpe en la que destaca su padre Alonso Núñez 'Rancapino' y su tío 'Orillo del Puerto', y que ha dejado un poso de hondura y sabor a tradición sobre las tablas del Antiguo Mercado Público de La Unión.



Ha mostrado su "orgullo y agradecimiento" por estrenarse en el festival cantando por tarantos una composición sobre la mina, algo excepcional en su repertorio, al que ha seguido una serie de malagueñas, tangos y fandangos.

"Ya no sé lo que es la pena, vivo contigo alegría. Tengo una novia mora que se llama Andalucía" ha sido el comienzo de una bulería magistralmente interpretada junto a su guitarrista de confianza, Antonio Higuero, y a los palmeros 'Chicharito' y José Rubichi.



El gaditano ha terminado de levantar de sus asientos a gran parte del público asistente con una excelsa zambra, uno de sus palos predilectos, dedicada su padre, a Manolo Caracol y a Camarón, recorriendo la historia de su niñez. "Porque la zambra, si es zambra, se