Paint.net te trae lo mejor de la edición avanzada en un entorno que te sonará mucho. En la ventana principal de Paint.net tienes el documento abierto o en blanco, eso no ha cambiado evidentemente, pero sí que notarás que los paneles ahora son flotantes y que hay algunos nuevos. El de capas, por ejemplo, es uno de los que más echábamos de menos: con él ya no tienes que preocuparte de dónde colorar distintos elementos y tus composiciones quedarán más ordenadas. El panel de herramientas también ha ganado algunos añadidos. Ahora tienes degradados de color, formas de todo tipo e incluso un tampón de clonado básico, pero suficiente para la mayoría de retoques. Por supuesto, cada herramienta tiene unas propiedades que puedes ajustar desde el menú superior. Otro apartado que Paint.net ha heredado de Photoshop es el de los ajustes y efectos. Ambos los encontrarás en estos menús de aquí arriba. El primero se encarga de cambiar valores de la imagen como la luminosidad, el contraste y el tono de color; el segundo, en cambio, aplica efectos artísticos de lo más variado, desde difuminado hasta la generación de fractales. A la hora de exportar, las opciones son un poco justas: los formatos son los más básicos, pero mira, seguro que tienes de sobra con ellos. Y este es precisamente un buen resumen de Paint.net, un programa con lo justo y necesario, ideal para quienes están comenzando con esto del diseño y el retoque. ¿Que es ese tu caso? ¡Pues ya tardas en probarlo!