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  • hace 10 años
Madrid, 15 mar (efesalud.com). Se dice que la serpiente del Jardín del Edén fue condenada a reptar de por vida sobre su vientre cuando incitó a Eva a morder una las manzanas del árbol prohibido: "Por el polvo te arrastrarás y solo llegarás a morder el talón del ser humano"... La doctora Isabel Guillén Vicente, traumatóloga de la Clínica CEMTRO de Madrid, nos habla en este vídeoblog, dejando a un lado el Pecado Original, de los males que aquejan a nuestro tendón de Aquiles, haz de fibra conjuntiva que se inserta en el talón, al que dio nombre el héroe más veloz de la mitología griega.

El tendón de Aquiles, junto al rotuliano, es el más grueso y fuerte del cuerpo. Mide alrededor de diez centímetros de largo por uno de ancho y conecta los músculos de la pantorrilla (gemelos y sóleo) con el hueso calcáneo en la parte posterior del tobillo. Nos ayuda a caminar y correr cuando levantamos el pie durante la zancada o a andar de puntillas y amortiguar la caída después de un salto.

"Es un tendón importantísimo para el desplazamiento, sobre todo en el deporte de competición, ya sea profesional o amateur, porque su deterioro provoca incapacidad, primero con molestias antes y después del ejercicio, luego con dolor crónico durante la práctica deportiva y, finalmente, por su rotura parcial o total".

Para recuperar este deterioro progresivo del tendón de Aquiles y devolverlo a su normalidad fisiológica antes de la cirugía, además de realizar un entrenamiento adecuado con estiramientos previos y posteriores a la carrera, es conveniente analizarlo al detalle con una ecografía.

"Aunque en una resonancia magnética o TAC podamos observar su estructura al detalle, no vemos su función, es decir, de qué manera se contrae al mover el pie o si se han formado vasos sanguíneos en su interior fibroso, ya que la vascularización es propia del peritendon, su envoltorio", explica la doctora Isabel Guillén.

Además se puede hacer un seguimiento de todo el desarrollo del tendón hasta el nivel de la rodilla.

Las patologías dolorosas del tendón de Aquiles (inflamación -tendinitis- o degeneración -tendinosis-) se corrigen, en principio, con un tratamiento conservador: reposo, fisioterapia funcional con ejercicios excéntricos y medicación antiinflamatoria; incluso suplementos alimenticios.

Cuando fracasa el tratamiento conservador se pasa a la fase de infiltración ecoguiada.

"Debemos saber exactamente dónde estamos inyectando los corticoides, siempre en el peritendon y nunca dentro del tendón, o los fármacos para disminuir su vascularización interna. La infiltración con ecografía es imprescindible", aclara.

La rotura del tendón de Aquiles es una autolesión y es más prevalente en los hombres. La doctora Guillén solo ha operado a dos mujeres por más de cien pacientes masculinos, la mayoría deportistas. La única solución, salvo excepciones en personas mayores, es quirúrgica.

"El desgarro se siente como si el deportista recibiera una pedrada a traición en la cara posterior del tobillo después de una arrancada al iniciar la zancada o un salto. El paciente mira hacia atrás repentinamente esperando encontrar al que le ha pateado o le ha arrojado una guijarro", apunta.

"Y cuanto antes se realice la operación, mucho mejor, ya que cada extremo del tendón roto tiende a separarse con el paso del tiempo, resultando más complicada su unión -continúa-. La rotura se resuelve con la sutura de los dos cabos y es fundamental comprobar si el tendón estaba muy deshilachado, algo que afectará a la propia sutura y a la recuperación posterior del paciente".

El regreso deportivo no será antes de los seis u ocho meses, dependiendo de la especialidad.

"La recuperación siempre es lenta, con escayola y sin apoyar hasta que se puedan utilizar unas botas estabilizadoras 'Walker', que asisten ala movilidad paulatina de la pierna del paciente", menciona.

La traumatóloga Isabel Guillén nos aconseja, por tanto, que hagamos "buenos estiramientos para proteger nuestra constitución músculo esquelética, especialmente el tendón de Aquiles, cuya lesión muchas veces anticipa el abandono deportivo", algo parecido a lo que le ocurrió al bello Aquiles cuando una serpiente con forma de flecha le mordió su talón, el más famoso de la historia.

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