La artrosis de cadera en el adulto joven

  • hace 8 años
Madrid, 12 feb (efesalud.com). El doctor Raúl Torres Eguía, traumatólogo de la Clínica CEMTRO de Madrid, señala en este vídeoblog las dos causas principales que generan artrosis de cadera en los adultos de 35, 40 o 50 años de edad: o bien una displasia de nacimiento o bien una demanda excesiva de esfuerzo durante el periodo del crecimiento, ya sea en la adolescencia o en la juventud, debido a la práctica deportiva de alto rendimiento o por desarrollar trabajos eminentemente físicos.

"Las displasias de bajo grado y este tipo de tensiones provocan ciertas diferencias entre las partes de la articulación que se encargan de ofrecer un apropiado deslizamiento y amortiguación entre la cabeza del fémur y el acetábulo, la cúpula del hueso coxal que lo acoge. La disparidad produce un roce excesivo, lo que termina generando artrosis a los cuarenta; algo que sería habitual hacia los sesenta o los setenta", indica.

La artrosis de cadera en adulto joven tiene una prevalencia en torno al 3% y al 6% de la población mundial. En España, alrededor de dos millones de personas padecerán algún tipo de disfunción en la cadera a lo largo de su vida.

"Muchos de estos pacientes se verán obligados a ponerse una prótesis, cuando no dos o tres; tesitura que minorará mucho su calidad de vida", apunta el doctor Torres Eguía.

La prevención de esta artrosis futura se debe realizar cuando aparecen, a los veinte, el dolor en las caderas o en la zona de las ingles.

"Después de diagnóstico podemos efectuar una artroscopia, operación mínimamente invasiva, con la que se conseguirían limar las partes óseas que rozan y mejorar así la forma de la cadera para evitar el desgaste del cartílago y, consecuentemente, la artrosis a los cuarenta", dice.

Si la artrosis se ha detectado de forma tardía, una prótesis es la solución.

"Son prótesis un poquito diferentes a la que se colocan en la caderas de las personas mayores. Protegen los huesos más y mejor y permiten la práctica de bastantes deportes. Al ser más pequeñitas, se pueden recambiar por prótesis normalizadas, las que se ponen en pacientes de sesenta años", explica.

"También existen prótesis de recubrimiento -implantación de un componente a modo de caperuza- para pacientes que practican deportes competitivos, como fue el caso del ciclista norteamericano Floyd Landis", añade.

Estas prótesis suprimen los obstáculos de una prótesis normal, aunque también tienen sus desventajas, como la imposibilidad de modificar las diferencias de longitud de las extremidades, necesitar una cirugía más invasiva, la posible necrosis posterior de la cabeza del fémur o las fracturas en su cuello.

"Son inconvenientes que los adultos jóvenes pueden asumir sabiendo que esos problemas tienen también su remedio", concluye el doctor Raúl Torres Eguía, jefe de la Unidad de Cadera de la CEMTRO, clínica de excelencia para deportes como el fútbol.

MÁS VÍDEOS Y REPORTAJES: http://www.efesalud.com/