A cada mutación genética, un tratamiento anticancerígeno
  • hace 9 años
Madrid, 30 jun (efesalud.com). La doctora María Teresa Agulló, responsable del Laboratorio de Oncología Traslacional del Hospital 12 de Octubre de Madrid, nos explica de forma sencilla en este vídeoblog la mutación genética celular que llega a generar un tumor maligno, "diana terapéutica que necesita más y más investigación con el fin de potenciar la eficacia de la medicina personalizada contra el cáncer".

Tras el diagnóstico de una neoplasia a un paciente, una de las primeras tareas del oncólogo es determinar la etapa de desarrollo en la que se encuentra ese tumor. Para determinar su estadio se realizan diversas pruebas clínicas, que difieren en función del cáncer diagnosticado. Su clasificación resulta decisiva para ganar todas y cada una de las batallas venideras.

"Es muy importante porque ayuda al médico a planificar el tratamiento; se usa para calcular el pronóstico; permite señalar los estudios clínicos a los que podrá optar el paciente; y, finalmente, ofrece una terminología común a los profesionales de la salud con la que evaluar y comparar los resultados con otros estudios tumorales relacionados", indica la doctora Agulló.

Uno de los sistemas de estadificación más ampliamente utilizado es el sistema TNM, aceptado por la mayoría de las organizaciones internacionales contra el cáncer.

"La sigla 'T' se basa en el tamaño o extensión del tumor primario; 'N' habla del grado de diseminación hacia los ganglios linfáticos cercanos; y 'M' indica la presencia de tumores secundarios o metástasis que se puedan haber formado por la diseminación de las células cancerosas a otras partes del cuerpo", explica la oncóloga.

A cada letra se añadirá un número para indicar el grado de evolución. Por ejemplo, un cáncer de mama "T1 N0 M0" señala que es un tumor pequeño que no se ha diseminado a los ganglios linfáticos vecinos y tampoco a otras zonas corporales.

En los últimos años, gracias también a la biología molecular, se han alcanzado grandes progresos en el desarrollo de protocolos exitosos de quimioterapia, incluyendo la identificación de muchos tipos diferentes de cáncer y el desarrollo de soluciones más eficaces y con menores efectos secundarios.

No obstante, el cáncer es una enfermedad muy compleja y cada paciente tiene sus propias características. Por eso se está potenciando la "medicina personalizada": cada uno recibe el tratamiento más adecuado en función de las características de su tumor.

Por lo tanto, es imprescindible facilitar información complementaria a la estadificación TNM para minorar en todo o en parte la evolución positiva del cáncer.

Los investigadores buscan así diferencias específicas entre las células tumorales y las células normales. Esta información es la que se utiliza para diseñar terapias concretas para cada individuo.

"Si un tumor tiene una mutación en uno de estos genes directores podremos diseñar un fármaco específico contra esa diana molecular alterada", dice la doctora Agulló.

Un claro ejemplo es la secuenciación de genes que están directamente involucrados en el desarrollo del tumor o en la supervivencia de las células cancerígenas, como el gen Kit, implicado en diversos tipos de cáncer (colon, mama, melanoma).

La doctora Teresa Agulló nos muestra en el vídeoblog la secuenciación de un gen obtenido de la muestra tumoral de un paciente.

En el primer gráfico se aprecia una secuenciación del gen en estado normal. La secuencia de bases nucleótidas, la ordenación de las cuatro letras que forman nuestra ADN, no está alterada.

En el segundo caso nos encontramos con una mutación.

"Se observa que la secuencia empieza de forma homogénea, identificándose claramente las bases o unidades que componen el gen, y cómo, a partir de un cierto momento, esa secuencia deja de ser legible: se superponen los distintos picos que identifican cada unidad, muestra indicativa de que la secuencia tiene una mutación en ese punto del genoma".

Los equipos médicos clasifican a ciertos pacientes oncológicos en función de que tengan o no esta mutación y les prescriben el tratamiento más acorde a su perfil genético.

Aún así, las terapias dirigidas no reemplazan a las terapias tradicionales. Actualmente, los investigadores están de acuerdo en que lo adecuado es realizar una combinación de ambas para el mejor tratamiento de los pacientes.

"Es imprescindible más investigación para describir mutaciones genéticas adicionales que ayuden a luchar contra más tipos de cáncer. Estas nuevas dianas servirán para tratar con mayor eficacia a los pacientes", concluye la especialista en oncología.

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