Se mantiene el desacuerdo entre Atenas y sus socios europeos en las negociaciones a nivel técnico que se llevan a cabo en la capital comunitaria. El llamado Grupo de Bruselas, por debajo de los ministros de Economía, sigue encallado sobre los objetivos presupuestarios, la reforma de las pensiones, del mercado laboral y los efectivos de la función pública. Solo hay un avance en la simplificación del IVA. Queda un mes escaso para un acuerdo que evite la suspensión de pagos griega.

“Pienso que ambas partes están jugando al gato y el ratón”, escenifica en Fráncfort el agente bursátil Robert Halver, Baader Bank Capital Market. “El gobierno griego tiene un mandato para acabar con la austeridad, mientras que los acreedores tienen el de no dar más dinero sin reformas. ¿Se pueden reconciliar estas dos posiciones con una Grecia en bancarrota?”.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) decidió dejar intacto, por primera vez desde febrero el techo de ayuda a los bancos griegos para paliar