Schettino, el capitán que abandonó a los pasajeros del Costa Concordia

  • hace 9 años
Sobre las nueve de la noche del trece de enero de 2012, el Costa Concordia se acerca a la isla toscana de Giglio y saluda con la sirena.

Al mando de la nave, el capitán Francesco Schettino. Había ordenado desviarse de la ruta, según diría más tarde, para tener un detalle con el jefe de camareros, cuya familia era de allí. No, como le acusaban, para impresionar a su amante, una bailarina moldava que viajaba con él.

A las 21.40 el barco chocó contra una roca, abriendo un agujero en el casco. A bordo, más de 4200 personas, entre ellos 177 españoles.

Mientras un mensaje por megafonía habla de una avería eléctrica, el crucero comienza a hundirse.

En el puente capitán y tripulación no se aclaran, tal y como muestra este vídeo.

“Comandante, los pasajeros se están subiendo por su cuenta a los botes salvavidas”, dice un oficial.
“Bien, dejémosles llegar a tierra”, responde Schettino.
“¿Damos la señal de alarma?”, le pregunta.
“Espera, espera”, señala el capitán.
“Señal de alarm

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