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  • 17/11/2014
Madrid, 17 nov (efesalud.com). La psicóloga clínica, Miren Larrazabal Murillo, nos observa muy de cerca, en primer plano, con el foco puesto en nuestros ojos, para hablar de la celopatía, un trastorno de la personalidad que consume el amor en las relaciones de pareja cuando la sensación de perder a la persona amada se transforma en "obsesión" por controlar cada minuto de su vida cotidiana.

El problema no reside en el hecho de sentir celos "saludables", sino en la intensidad de los mismos, en su frecuencia; en si tienen una base justificada. Los celos inmotivados influyen en nuestra conducta y, normalmente, destruyen la relación de pareja.

Entonces,"¿cómo podemos saber si los celos, máxima expresión de la propia inseguridad, dejan de expresar que nuestra pareja es fundamental en nuestro día a día, que deseamos y necesitamos estar a su lado, y pasamos a un estado ánimo en el que le hacemos la vida imposible; convirtiéndola en un infierno?, se pregunta Miren.

El celópata "se aferra a la idea delirante de que su pareja es desleal, sin importar que no haya ninguna prueba para apoyar su conclusión" -responde-. El que sufre de celos patológicos se cree dueño de su pareja y se obsesiona con vigilar, perseguir e intentar "atrapar" a su pareja en el presunto acto de infidelidad.

Con frecuencia, los celópatas se centran en acontecimientos insignificantes para acusar a su pareja de traición y no están dispuestos a cambiar su punto de vista cuando se les presentan pruebas lógicas de que están equivocados.

En los casos más crónicos, la pareja celópata llega hasta el extremo de ser violento con su pareja, incluso con el supuesto amante. También es común que el celópata trate de hacerse daño a sí mismo.

Hombres y mujeres padecen celos por igual, sin embargo, esta inseguridad es más peligrosa en el caso de los hombres. Le suele suceder a personas narcisistas, histriónicas, paranoicas y, a menudo, va acompañado de otra psicosis, como el trastorno obsesivo compulsivo.

Para Miren Larrazabal, "cuando los celos son muy intensos, no se es feliz. Nos engañamos pensando que es normal, que lo hacemos porque amamos. Los celosos se empeñan en creer que su obsesión se basa en el amor intenso por el otro".

Tanto es así, que hay personas que prefieren limitar la vida social de sus respectivas parejas, llevando un control pormenorizado de sus actividades laborales y sociales, en vez de preferir su propio desarrollo personal y el de su pareja, algo muy necesario para crecer día tras día y poder así maravillar a quien tienen a su lado.

Contrarrestar los celos se trabaja con la autoestima y se basa en la propia confianza. "Te tienes que sentir digna de ser amada y debes cultivar tu independencia, sin estar pendiente de lo que hace o deja de hacer tu pareja. Él o ella no te pertenecen", dice.

Los celos, como afirma la psicóloga y sexóloga Miren Larrazabal, "no son una forma de amar, son una forma egoísta de convivir en pareja".

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