Yatseniuk visita a las tropas ucranianas en el frente del este
- hace 10 años
Ucrania permanece en la retórica de guerra. El primer ministro del país, Arseni Yatseniuk, se ha desplazado este martes a pasar revista a las tropas destacadas en el este, donde combaten los separatistas prorrusos.
Con las elecciones parlamentarias a la vuelta de la esquina, el domingo, la reunión entre Unión Europea, Rusia y Ucrania del martes no consiguió un acuerdo para fijar el precio del gas, cortado desde junio.
“Voy a hablar claramente. Creo que Putin no quiere firmar ningún acuerdo, su objetivo es que Ucrania se congele. Y tenemos que afrontar este escenario. Tenemos 17.000 millones de metros cúbicos de gas. Si la UE nos abre más el flujo reverso de gas, ya que ahora recibimos un 60% así, podremos sobrevivir al invierno más fácilmente”, aseguraba Yatseniuk.
La situación en el otro lado también es complicada. Los habitantes de la pequeña ciudad de Spartak, cerca de Donetsk y bajo control rebelde, no tienen gas, pero tampoco electricidad o agua corriente. Y para ellos el invierno también está cerca.
“Los bombardeos se producen cada noche. Ayer fueron tan fuertes que la tierra temblaba. Pero si nos vamos se desanimarán. De las 5.000 personas que había quedamos 400”, explicaba una habitante de Spartak.
Las fuerzas ucranianas han sido acusadas por Human Rights Watch de haber usado bombas de racimo contra los combatientes prorrusos, algo que niega el Ministerio de Defensa de Kiev.
Con las elecciones parlamentarias a la vuelta de la esquina, el domingo, la reunión entre Unión Europea, Rusia y Ucrania del martes no consiguió un acuerdo para fijar el precio del gas, cortado desde junio.
“Voy a hablar claramente. Creo que Putin no quiere firmar ningún acuerdo, su objetivo es que Ucrania se congele. Y tenemos que afrontar este escenario. Tenemos 17.000 millones de metros cúbicos de gas. Si la UE nos abre más el flujo reverso de gas, ya que ahora recibimos un 60% así, podremos sobrevivir al invierno más fácilmente”, aseguraba Yatseniuk.
La situación en el otro lado también es complicada. Los habitantes de la pequeña ciudad de Spartak, cerca de Donetsk y bajo control rebelde, no tienen gas, pero tampoco electricidad o agua corriente. Y para ellos el invierno también está cerca.
“Los bombardeos se producen cada noche. Ayer fueron tan fuertes que la tierra temblaba. Pero si nos vamos se desanimarán. De las 5.000 personas que había quedamos 400”, explicaba una habitante de Spartak.
Las fuerzas ucranianas han sido acusadas por Human Rights Watch de haber usado bombas de racimo contra los combatientes prorrusos, algo que niega el Ministerio de Defensa de Kiev.