La alimentación a través de la nariz

  • hace 10 años
Madrid, 03 oct (efesalud.com). La enfermera experta en Urgencias hospitalarias Almudena Santano Magariño cuenta en este vídeoblog los pormenores de la nutrición artificial por vía nasogástrica, técnica sanitaria que consiste en "llevar alimentos en forma de papilla a través de una sonda flexible que se introduce por la boca o las fosas nasales hasta el estómago de un paciente que no puede deglutir".

La nutrición enteral, destinada a enfermos hospitalizados o que se recuperan en casa de alguna enfermedad o cirugía, utiliza el sistema tipo suero por gravedad para verter los alimentos de forma continua en el sistema digestivo, pero también se puede realizar mediante una jeringa.

"Se inyecta el puré en la sonda de forma manual, de forma irregular. Este método es menos recomendable porque genera una mayor sensación de plenitud y más incomodidad en el enfermo", dice.

Colocar la sonda nasogástrica "no es cómodo" y puede provocar cierto fastidio, incluso vómitos, ya que el tubo se introduce por la nariz, pasa por la garganta y discurre por el esófago hasta el estómago.

Y una vez que la sonda se ha ajustado en el orificio de la nariz con esparadrapo, es conveniente mantener todo el dispositivo en perfecto estado de funcionamiento: el interior del tubo se tiene que limpiar antes de cada comida y su manejo se practicará con la máxima higiene.

"Cualquier manipulación de la sonda nasogástrica exige un lavado de manos, algo que siempre salva vidas", insiste por el bien de todos Almudena Santano, del Consejo General de Enfermería.

Para limpiar la nariz se usan gasas y las conexiones por donde se administrarán los líquidos, los nutrientes o los medicamentos se usan gasas diferenciadas.

Además, y si fuera posible, "se usará un cepillo de dientes con pasta dentífrica para limpiar la zona bucal del paciente; y si no lo fuera, emplearíamos gasas humedecidas para repasar las superficies dentales, el interior de la boca y la lengua", señala.

Las aberturas de acceso al tubo se mantendrán cerradas cuando no se estén usando "para evitar la entrada y salida de cosas no deseadas", añade.

La sonda nasogástrica también puede generar úlceras o llagas en las fosas nasales, con lo que "se tiene que rotar a menudo", quitando previamente el esparadrapo que la sujeta, tira adhesiva que se sustituye, también, a diario.

El enfermo debe ser alimentado en una postura adecuada, tumbado a 45 grados sobre el colchón ergonómico o apoyado sobre almohadones, para que la papilla se deslice por el aparato digestivo sin causar náuseas o vómitos secundarios a la alimentación enteral.

"Hay que tener en cuenta que la administración del puré por el sistema de gravedad se alarga durante cinco o seis horas, por lo que es conveniente que la papilla de nutrientes no sature su aparato digestivo", explica Almudena.

Las sondas nasogástricas que se utilizan en domicilio son más finas y se mantienen durante más tiempo en el interior del cuerpo del paciente. Los familiares o cuidadores se hacen cargo de las comidas y de la tomas de medicamentos.

El suministro de fármacos es alternativo, antes, después o durante la alimentación, pero este caso se detiene el flujo de nutrientes, cerrando la llave de paso de la cánula de salida del suero de comida", aclara la enfermera.

"Antes de introducir el medicamento, que suele estar en presentación acuosa, debemos limpiar el tubo de restos inyectando cinco o diez mililitros de líquido, con suavidad -puntualiza-, ya que si se obstruye la sonda, hay que cambiarla... y eso es muy molesto para el enfermo".

Cuando el paciente tose, tiene náuseas o vomita, es aconsejable situarlo en posición de lateral izquierdo y una vez que ha pasado el mal trago, "detenemos la nutrición al menos durante dos horas para conseguir el reposo estomacal" y reiniciar después la nutrición enteral.

"Si se obstruye la sonda nasogástrica, los restos se aspiran por medio de una jeringa. Si no lo conseguimos -apunta- se introducen diez mililitros de agua para desatascar el tubo; incluso se puede usar refresco de cola de forma excepcional", comenta con todas las cautelas.

Cuando la sonda se sale de la nariz "un máximo de diez centímetros" se puede reintroducir hasta la posición original, sujetándola de nuevo con el esparadrapo. Si se soltara de la boca habría llamar a la enfermera o acudir al centro hospitalario, declara.

La alimentación enteral de una persona incapacitada, concluye Almudena Santano, del Hospital Gregorio Marañón, "es un procedimiento incómodo pero natural", en el que los cuidadores "nos tienen que ayudar porque tienen mucho que decidir".

VÍDEO SOBRE LA VÍA INTRAVENOSA: http://goo.gl/pB2Okd

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