En Brasil, por un lado un grupo de trabajadores impide la circulación de varios autobuses, porque estaban en contra del nuevo sueldo acordado entre los sindicatos y el ayuntamiento, afectando a casi dos millones de personas. Por otro, los policías cruzan los brazos y la parte de la población de una provincia norteña de Brasil saca los supermercados y tiendas de departamentos.
Los maestros de Río y Sao Paulo están en huelga desde el día 23 de abril y no hay previsión de parar. ¿Cuánto Brasil y la población pierden con eso? Ahora varias otras clases laborales amenazan con entrar en huelga en caso el Gobierno no les atienda el pedido de aumento de sueldo.
