El canon de belleza actual ha llevado a muchas mujeres a aumentarse el pecho. Solo en España, en 2009, pasaron por el quirófano 150.000 mujeres. Veinteañeras y mayores de 35 años las que más implantes demandan. Cada vez más adolescentes se someten a intervenciones quirúrgicas. Que el pecho de la mujer ha resultado ser una pieza clave desde los tiempos más remotos es una evidencia. Durante la mayor parte de la
historia de la humanidad, la leche materna no ha tenido sustituto alguno. Es fácil comprender entonces por qué los hombres prehistóricos
dotaban a sus ídolos femeninos con unos enormes pechos. Tan imponentes como los que se lucen en el tercer milenio, aunque por razones bien
distintas. “Tetas, un valor en alza” cuenta cómo vinculados a los avatares de la política, la sociedad y la cultura, los pechos de la mujer
han ido aumentando y disminuyendo en función de la situación histórica que les ha tocado soportar.
