El Pequeño Rann de Kutch, una joya de la biosfera

  • hace 10 años
El Pequeño Rann de Kutch es un desierto arcilloso de unos 5,000 kilómetros cuadrados situado en el Estado de Guyarat, en el norte de la India.

El Pequeño Rann de Kutch, que de forma estacional se convierte en una marisma salobre, se encuentra muy cerca del llamado Gran Rann de Kutch.

Devjibhai es fotógrafo. Aquí es conocido como el Hombre del Desierto.

“Cada vez que vengo, este lugar me ofrece una nueva perspectiva. Aquí te encuentras a solas con la naturaleza. Totalmente a solas. Tu mente se refresca”, asegura.

Devjibhai conoce perfectamente este desierto. A bordo de su vehículo lo recorre a menudo sobre todo para admirar a los animales que viven allí.

El Pequeño Rann de Kutch es el único lugar del mundo en el que los asnos salvajes indios viven en libertad. Con el objetivo de protegerlos, el gobierno creo el Santuario del Asno Salvaje en la década de los 70. Hoy, cinco mil asnos viven en este desierto.

Pero no están solos. En el Pequeño Rann de Kutch también podemos encontrarnos con lobos indios o con los famosos antílopes Nilgó.

Entre noviembre y febrero, durante la época de las lluvias, este lugar también se convierte en un paraíso para los amantes de los pájaros.

Devjibhai estableció hace poco un “eco-campamento” a la entrada del Pequeño Rann de Kutch. Desde allí los visitantes pueden recorrer parte de este particular desierto.

“Ha sido increíble ver como hacen sal y también ver de cerca a los asnos salvajes. Nunca había visto a estos animales. También hay muchos pájaros”, explica una turista alemana.

Hoy el Pequeño Rann de Kutch está considerado como la fábrica de sal de la India pero desde que en 2008 fuese declarado Reserva de la Biosfera, sus habitantes intentan encontrar otros medios de subsistencia.

“Si en el futuro el Gobierno le pide a la gente que se involucre en los programas de conservación e incluso que trabaje en actividades relacionadas con el turismo sería muy positivo tanto para las personas que viven aquí como para la protección del lugar”, asegura Jumed Malik, propietario de un establecimiento turístico.

El Estado de Guyarat es un importante centro de artesanía. Otro de los sectores que el Gobierno quiere impulsar.

“Me dedico a hacer este tipo de bordados desde hace cinco décadas. Mis antepasados también lo hacían. Hoy, gracias a los turistas, ganamos dinero por nuestros esfuerzos”, dice una señora.

“Seguiré viviendo aquí. Es el lugar en el que he nacido y en el que moriré. Soy feliz”, asegura Devjibhai.