La infanta Cristina ha declarado como imputada durante seis horas ante el juez Castro por presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales.
La hija del rey, a la que el magistrado ha formulado alrededor de 400 preguntas, ha negado su implicación en los supuestos negocios ilícitos de su marido Iñaki Urdangarin y ha asegurado que nunca ha actuado como un escudo fiscal frente a Hacienda.
En una declaración plagada de evasivas, la infanta se ha desvinculado del instituto Nóos y de la gestión diaria de la sociedad patrimonial Aizoon, de la que es copropietaria, y ha defendido su inocencia amparándose en la confianza depositada en su esposo.
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