El lujo de los coches de los marajás desembarca en París con una exposición

  • hace 10 años
El salón Retromobile de París expone este fin de semana una quincena de automóviles, lujosos y extravagantes, que habían pertenecido a marajás durante el periodo de entreguerras.

Es la primera vez que se muestra en Europa esta colección de vehículos, entre los que abundan los Rolls-Royce personalizados para adaptarlos a los sofisticados gustos de los príncipes indios.

Entre los años 1920 y 1930 había unos 560 marajás en ese país que invirtieron parte de su fortuna en coches que les permitían mostrar su riqueza, explicó a Efe el organizador de la exhibición, Gotam Sen.
Esa competición por lucir los mejores automóviles hizo que los vehículos contaran con muchas innovaciones, como el Delahaye 135 de 1938 del príncipe de Dawanager, que incluía un maletero, algo poco frecuente porque no era muy habitual pensar en las necesidades de almacenamiento, y con una carrocería que facilitaba la aerodinámica.
Además de los avances técnicos, algunos de los coches expuestos destacan por su originalidad estética, como el asombroso automóvil en forma de cisne que adquirió el marajá de Nabha por 15.000 libras esterlinas, que equivalían en la época al precio de seis Rolls-Royce Silver Ghost.
El vehículo, que data de 1910, surgió de la imaginación de un rico y excéntrico ingeniero residente en Calcuta, Robert Nicholl "Scotty" Matthewson, y su circulación por la ciudad terminó prohibiéndose por el revuelo que se formaba a su paso.
Ante esta situación, Matthewson desarrolló una versión eléctrica monoplaza bautizada como "Bebé cisne" que utilizó para desplazarse por su finca.
También fue muy personalizado el Rolls-Royce Phantom II adquirido en 1930 por el marajá de Rewa, quien lo equipó especialmente para la caza convirtiéndolo en descapotable y modificando los asientos para poder tener espacio para dejar los fusiles.
La pasión por los automóviles originó anécdotas como la del príncipe Radjah de Kotwara, propietario del coche italiano de 1929 Isotta Fraschini 8A, que decidió realizar sus estudios en Edimburgo porque la Universidad de Cambridge no aceptaba que un estudiante de primer curso guardara su coche con él.
Uno de los primeros vehículos realizados en aluminio pulido, un Rolls-Royce Phantom de 1926, fue adquirido por el marajá Nawab Wali-ud-Dowla, que disfrutó de un espacio interior lujosamente equipado con puertas barnizadas, dos mesas de madera plegables en la parte trasera y un armario, situado entre los asientos plegables.