Scarlett Johansson desata la polémica

  • hace 10 años
Scarlett Johansson se ha metido en un buen lio por anunciar un aparato para hacer refrescos con gas en casa. El problema es que el aparato en cuestión lo fabrica SodaStream, una empresa israelí cuya principal fábrica está en Maale Adumim, un asentamiento en Cisjordania.

El movimiento BDS, que agrupa a más de 200 entidades propalestinas, pide que se boicotee a Johansson y reclama a la organización OXFAM, que cese su relación con la actriz estadounidense, su embajadora desde 2005.

SodaStream argumenta que su fábrica, asentada en zona ocupada por lo que no paga alquiler, da trabajo tanto a palestinos como a judios y árabes israelíes:

“Estamos situados en una zona de Cisjordania en la que podemos contratar a gente diferente: los palestinos trabajan junto a los árabes israelíes y los judíos israelíes. Tenemos unas 1200 o 1300 personas que conviven en estas instalaciones en paz y armonía, y estamos muy orgullosos de estar aquí y contribuir a la convivencia y, con suerte, a la paz en esta región”, dice Daniel Birnbaum, director de la compañía.

Las redes sociales arden con mensajes a favor y, sobre todo, en contra de Johansson, a la que algunos califican como “la letra escarlata del apartheid”. Una apuesta que podría pasar factura a la imagen de la actriz. El polémico anuncio está previsto que se emita en la final de la Superbowl.