FEDERICO MOURA - RECITAL FERIA DEL HOGAR PERÚ 1986 - DAILYMUSIC COLECCION

  • hace 10 años
FEDERICO MOURA - RECITAL FERIA DEL HOGAR PERÚ 1986 - DAILYMUSIC COLECCION

Parece que debía ser así y no de otra forma: terminando la primavera. La luminosa presencia de Federico Moura -cantante, esteta y mentor del grupo Virus- se apagaba marcando también el final de una época.
, Federico – mucho antes que músico, hijo de una familia de clase media alta de La Plata, rugbier, viajante del mundo, estudiante de arquitectura, modelo y diseñador-, sería descartado como mito e incluso como figura relevante dentro del rock hasta los primeros años del siglo XXI.

Federico había vivido parte de su juventud en Londres y Nueva York. Era consciente de que el rock sinfónico en Argentina tenía fecha de defunción. Sabía también que la vanguardia musical se apoyaba en los vestigios del punk y sobre todo, en la new wave.
Hoy la globalización, con su tecnología de avanzada, nos permite atravesar el mundo desde una pantalla. Hace 30 años, ser moderno era un privilegio de pocos y casi una odisea en el marco de una chata y ultra prejuiciosa sociedad argentina . Su poesía ácida y directa desnudaba una implacable crítica, tanto al arcaico rock nacional como a sus vicios. La política y las condiciones sociales también eran temáticas abordadas, a pesar de que los críticos prefirieran poner el acento en lo rítmico y bailable de la propuesta.

Los riesgos obligados de una vida intensa y al límite, se hicieron piel cuando a mediados de 1987 en Brasil, supo que estaba enfermo de SIDA.
Buscó soluciones por las principales capitales del mundo, creyendo ciegamente en una recuperación por entonces imposible.

Comenzó así a delegar sigilosamente funciones a sus hermanos menores: Julio y Marcelo. Quizás en el momento de mayor brillo sobre el escenario, la enfermedad lo coartaba paulatinamente de sus posibilidades.

Ya retirado del público, pasó la segunda mitad de 1988 descansando en un caserón de San Telmo que había comprado meses antes. Algunos amigos lo visitaban, a otros prefería despedirlos por teléfono. Su madre Velia lo acompañaba y cuidaba.

A pesar de los estragos del SIDA, Federico insistía, con su firmeza característica, en cantar lo que ya no podía: un nuevo disco de Virus.
Consciente de su ausencia, le insistió a sus compañeros para que terminaran ese trabajo. Quería evitar el bajón generalizado y sabía que ante una nueva tragedia familiar, sus hermanos menores debían permanecer unidos.

Algunos dicen que murió con apenas 35 kilos, silbando bajito. Otros que le cantó, como pudo, un tango a su mamá. Los más sensatos opinamos que simplemente se durmió relajado, sin penas ni reproches. Meros detalles de superficie que sólo sirven para engrosar el mito. Lo único cierto es que Federico murió a los 33 años, un 21 de diciembre, al concluir la primavera. El discreto final de una vida intensa y exquisita, con el arte y la elegancia como pulso.

FUENTES : revistarazones.com

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