El Banco Central Europeo deja intacto su tipo de interés en el 0,25 por ciento, tal como preveían los analistas. En su primera reunión del año, los responsables del BCE optaron por mantener este tipo que ya se encuentra en su mínimo histórico a pesar de que han vuelto los riesgos de deflación entre los países de la moneda única. En su primera estimación de noviembre pasado, la inflación descendió en una décima al 0,8 por ciento. La otra cuestión que debe resolver el organismo de Fráncfort en la falta de circulación del crédito entre los bancos de la eurozona.

Por su parte, el Banco de Inglaterra también dejó inalterado su tipo de interés al 0,5 por ciento. En este caso, la economía británica se comporta mejor y el banco central del país espera una posible bajada más fuerte del paro para empezar a reducir sus inyecciones masivas de dinero.