Parque Nacional del Guadarrama
- hace 11 años
Las Cumbres de la Sierra de Guadarrama están a punto de convertirse por ley en la nueva joya natural y paisajística y de engrosar la red española de Parques Nacionales; serán, de hecho, el decimoquinto espacio natural de esa red y pasarán a disfrutar con ese título de las máximas garantías de protección.
El próximo Parque Nacional ocupará una superficie de 33.664 hectáreas, repartidas en dos comunidades autónomas, 21.740 en Madrid y 11.924 en Castilla y León, y será por lo tanto el segundo de estos espacios compartido por más de una comunidad, después del de Picos de Europa, que se extiende por Asturias, Cantabria y Castilla y León.
Aunque los trámites administrativos comenzaron oficialmente en 2001, los esfuerzos para reconocer el valor paisajístico y ambiental de la Sierra de Guadarrama comenzaron hace más de un siglo, transcurrido el cual una ley va a decretar la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas y la singularidad de su flora y de su fauna.
Abedules, acebos, avellanos, narcisos, robles, rosales silvestres, sauces, y sobre todo pinos, millones de pinos, cubren el futuro Parque Nacional, un espacio en el que están además presentes el 40 por ciento de las especies de anfibios y reptiles de España, el 39 por ciento de las aves y casi el 50 por ciento de los mamíferos.
Y entre esa fauna, destaca la presencia en Guadarrama de especies emblemáticas como el águila imperial o la cigüeña negra -ambas en peligro de extinción- , pero también de la nutria, del corzo, la cabra montés, la rana patilarga, el sapo portero, el tritón jaspeado o las musarañas, que quizás fueran las que inspiraron las citas a este espacio que hizo en el siglo XIV el Arcipestre de Hita en el "Libro de Buen Amor".
El próximo Parque Nacional ocupará una superficie de 33.664 hectáreas, repartidas en dos comunidades autónomas, 21.740 en Madrid y 11.924 en Castilla y León, y será por lo tanto el segundo de estos espacios compartido por más de una comunidad, después del de Picos de Europa, que se extiende por Asturias, Cantabria y Castilla y León.
Aunque los trámites administrativos comenzaron oficialmente en 2001, los esfuerzos para reconocer el valor paisajístico y ambiental de la Sierra de Guadarrama comenzaron hace más de un siglo, transcurrido el cual una ley va a decretar la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas y la singularidad de su flora y de su fauna.
Abedules, acebos, avellanos, narcisos, robles, rosales silvestres, sauces, y sobre todo pinos, millones de pinos, cubren el futuro Parque Nacional, un espacio en el que están además presentes el 40 por ciento de las especies de anfibios y reptiles de España, el 39 por ciento de las aves y casi el 50 por ciento de los mamíferos.
Y entre esa fauna, destaca la presencia en Guadarrama de especies emblemáticas como el águila imperial o la cigüeña negra -ambas en peligro de extinción- , pero también de la nutria, del corzo, la cabra montés, la rana patilarga, el sapo portero, el tritón jaspeado o las musarañas, que quizás fueran las que inspiraron las citas a este espacio que hizo en el siglo XIV el Arcipestre de Hita en el "Libro de Buen Amor".