Teherán se echa a la calle para celebrar la aplastante e inesperada victoria del moderado Hasan Rohani en las elecciones presidenciales del viernes.
Canciones, risas y gritos que piden cambios y libertad, alegría inusitada en la capital iraní; para muchos, una revancha de la represión desatada tras los discutidos resultados de los comicios de 2009.