El bandoneonista de Temperley - Segunda parte.

  • hace 12 años
Todas las noches al volver del trabajo me encuentro con esta genialidad. A veces solo... a veces acompañado por algún músico pasajero; y de su bandoneón maltrecho.
Realmente es gratificante ver como sonríe cuando le devolves un aplauso (y le tirás unos mangos, claro :) ).

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