El comportamiento hiperactivo suele referirse a un grupo de características tales como: agresividad, actividad constante, tendencia a la distracción, impulsividad, incapacidad para concentrarse y otros comportamientos parecidos. Los comportamientos característicos pueden ser: inquietud o movimiento constante, deambular, hablar en exceso y dificultad para participar en actividades silenciosas como la lectura. La hiperactividad no es fácil de definir pues suele depender de la tolerancia del observador, ya que el comportamiento que puede parecer excesivo para una persona puede no parecer excesivo para otra. Sin embargo, ciertos niños comparados con otros claramente son más activos, lo cual se puede convertir en un problema si esta situación interfiere con el desempeño escolar o la capacidad para hacer amigos. A menudo, la hiperactividad se considera más un problema para las escuelas y los padres que en sí para el niño afectado.