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  • hace 14 años
Todo comenzó un día de junio del 2000, cuando Jill estaba buscando en internet información sobre otras personas que les sucediera lo mismo que a ella y fue a parar a la página web de James McGaugh, un experto en neurociencia, especializado en aprendizaje y memoria. Jill decidió enviarle un email explicándole su caso y, sorprendentemente, en sólo 90 minutos McGaugh le había respondido diciéndole que estaba interesado en conocerla en persona y saber más de su caso. Aunque era bastante escéptico en un principio, McGaugh no tardó en convencerse que la habilidad de Jill no era normal y era auténtica. En febrero de 2006, después de cinco años entrevistándose con Jill, McGaugh y su equipo publicaron el artículo en la revista especializada Neurocase sobre el caso, la identidad de Jill se escondía tras las iniciales “AJ”. Los investigadores se referían a su síndrome como “hipertimesia”, del griego “hyper”, “superior a lo normal”, y “thymesia”, “memoria”.

Categoría

📚
Aprendizaje

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