Nürenberg: Interrogatorios en el III Reich
  • hace 14 años
En 1945, entre los escombros de la derrotada Alemania, las fuerzas aliadas vieron con sus propios ojos el horror del sistema contra el que habían luchado. ¿Qué hacer con los responsables de esa tragedia? El dilema se resolvió deteniendo a los dirigentes del régimen (Speer, Hess, Göring, Von Ribbentrop...) como criminales de guerra y encerrándoles en campos improvisados, a la espera de un juicio sin precedentes. En esos campos, los aliados, necesitados de cargos de los que acusarles ante un tribunal internacional, tuvieron una oportunidad única: conseguir que el enemigo les contara, desde su punto de vista, la guerra, así como el funcionamiento y los objetivos del régimen nazi. Los prisioneros —orgullosos unos, aturdidos otros— desnudaron el sistema al que habían sido leales y por el que en ese momento se les pedía cuentas.
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