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  • hace 16 años
Hace unos 30 años, dos científicos estadounidenses, Stanley Cohen y Herbert Boyer, se tomaron una pausa durante un Congreso científico y salieron a dar un paseo por las playas de Hawai. Instalados en una cafetería, conjeturaron acerca experimentos que utilizaban las enzimas de restricción (que cortan ADN) descubiertas hacía poco tiempo. Lo que comenzó como una charla de café, llevó al desarrollo del primer organismo recombinante (transgénico o genéticamente modificado; ver Cuaderno Nº 2). Junto con la investigadora Annie Chang consiguieron en 1973 ensamblar fragmentos de ADN viral y bacteriano cortados con la misma enzima de restricción, creando un plásmido recombinante que luego introdujeron en la bacteria Escherichia coli. Fue la receta de los primeros experimentos de ingeniería genética, que iba a convertirse en una de las bases de la industria por venir.

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Aprendizaje

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