Cuando llegue el gran día en el que tu bebé quiera nacer tu cuerpo producirá la oxitocina natural y la liberará hacia la corriente sanguínea. La naturaleza es sabia y lo demuestra una vez más durante el embarazo y posteriormente en el parto. El cerebro de la mujer segrega dicha hormona durante la gestación y provoca contracciones del músculo uterino durante el nacimiento y hasta que se expulsa la placenta.