Parte 2: Correa: REVOLUCIÓN CIUDADANA | “Primero es el pueblo” ¿Repercutió en la actual situación de ECUADOR?
  • hace 12 días
Este video es la continuación de uno anterior, en la que iniciamos estudiando de forma muy somera los gobiernos que pasaron a lo largo de los años 2000. Tengo la plena convicción que la actual situación que vive el Ecuador (y que por fortuna parece que de forma paulatina se ha venido controlando) es producto de las malas gestiones administrativas de años anteriores. Algunos mandatos fueron marcadamente contrarios a los intereses sociales, otros estuvieron cargados de buenas intenciones, pero de falencias mayúsculas que en el largo plazo afectaron con mayor fuerza a la población ecuatoriana.

Anteriormente hablamos de Jamil Mahuad y de Lucio Gutiérrez, ambos gobiernos bastante polémicos y trascendentales para la historia del Ecuador. Con una particularidad similitud y es que ningúno de los dos expresidentes pudo culminar con su gestión administrativa ya que fueron “despedidos” por la ciudadanía de sus cargos.

Así como anteriormente sube al poder Gustavo Noboa, así mismo sube en 2005 el médico Alfredo Palacio, y tal como en la anterior ocasión, los casi dos años de gobierno de Palacio, fueron relativamente tranquilos, sin muchos sobresaltos sociales, sin muchas reformas políticas, y sin mucha gestión, o por lo menos, no fue una gestión para la historia.

Pero es en este periodo es donde se presenta uno de los grandes fenómenos políticos, un tipo de evento tan particular que no suele presentarse sino cada 50 o 100 años en la historia de los países, y hablamos de Rafael Correa. Un desconocido en Ecuador, que salta de catedrático en la Universidad de Guayaquil a asesor presidencial, luego Ministro para posteriormente alcanzar el cargo más importante del país, y no solo eso, sino que reelecto por tres periodos consecutivos.

Con una política de izquierda bastante acentuada, confrontando a los grandes capitalistas y a los gobiernos de derecha de la región; Además de una marcada tendencia socialista, que generó en la población más necesitada una sensación de cambio positivo para la estructura social. Después de muchos años, el pueblo ecuatoriano tiene un gobierno pensado para la gente y para el desarrollo sostenible.

Más sin embargo, de buenas intenciones no se vive. Pese a que sus políticas fueron técnicamente muy favorables para el crecimiento del Ecuador, no hay que dejar atrás el desastre financiero que dejó a cuestas Correa; con una deuda externa inmensa, que abre un camino expedito para que los grupos al margen de la Ley aprovecharan la coyuntura social que inicia con fuerza una vez sale del poder el querido presidente, y se facilitan las herramientas delictivas para una ampliación sin precedentes en el pie de fuerza de los grandes grupos criminales del Ecuador, que a paso lento pero seguro, fueron adentrándose en la sociedad ecuatoriana, desembocando en la catástrofe social que hasta hace solo un par de meses era insostenible.
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