Un estudio reciente revela que las mujeres viven una media de 5,8 años más que los hombres en Estados Unidos.
Se trata de la brecha de género más significativa en la esperanza de vida desde 1996, y hay varias razones que explican este aumento tan repentino.
El factor que más ha contribuido a ello en los últimos años es la pandemia de COVID-19, que afectó de forma desproporcionada a los hombres.
Otros factores que contribuyeron fueron las lesiones no intencionadas, las sobredosis de drogas, los accidentes y los suicidios.
Todos estos factores afectaron mucho más a los hombres que a las mujeres, especialmente el suicidio, ya que los hombres representan el 80% de los suicidios en Estados Unidos.
Los investigadores denominaron a estos cuatro factores "muertes por desesperación", por su relación con las dificultades económicas, la depresión y el estrés.
Los avances en la atención sanitaria a las mujeres también contribuyeron a reducir las diferencias, con una disminución del cáncer de mama y de las enfermedades perinatales.