El precio de derrocar a Sadam Husein sigue grabado en la piel de los iraquíes

  • el año pasado
Bagdad (Irak), 16 mar (EFE).- Cuando Abu Hasan Ali vio a las tropas estadounidenses entrar en Bagdad en abril de 2003, supuso que los 24 años de tiranía de Sadam Husein habían llegado a su fin y que Irak sería un país libre. Pero los ataques de artillería norteamericanos provocaron que su brazo izquierdo quedara hecho añicos, al igual que sus esperanzas de una vida mejor.

INCLUYE IMÁGENES DE ARCHIVO.
Edición y locución: Ismael Rivera

Recomendada