Hay que reclamar para el pueblo La Mareta y que Pedro Sánchez veranee en un apartamento de Benidorm como un turista inglés
- hace 2 años
Pagamos nosotros y Pedro Sánchez no va dejar ni un bien del Estado sin exprimir.
El Falcon, el helicóptero súper puma, las residencias de Patrimonio Nacional y, por supuesto, la agencia de colocación en que ha convertido el BOE.
En un tiempo de ajustes, sufrimientos y ruina para la ciudadanía, el líder del PSOE no ha hecho ni el más mínimo gesto de austeridad. Ahora está disfrutando de la vida en La Mareta, una fabulosa mansión que le regaló Hussein de Jordania a Don Juan Carlos, y que el Rey Felipe VI cedió a Patrimonio Nacional.
Con la inflación casi al 11 por ciento y los comerciantes echando cuentas sobre cuándo caerán en suspensión de pagos, Sánchez se pone bañador y disfruta en Lanzarote acompañado de su familia y unos cuantos amigos.
No hay verano en que la izquierda y los progres reclamen a gritos y con pancartas que se abra al público la residencia real de Marivent, en Palma de Mallorca.
Entonces, ¿no tendríamos que reconocer el mismo derecho a los canarios y al resto de españoles para corretear por los jardines o bañarse en las piscinas de la residencia veraniega de los Sánchez?
El Falcon, el helicóptero súper puma, las residencias de Patrimonio Nacional y, por supuesto, la agencia de colocación en que ha convertido el BOE.
En un tiempo de ajustes, sufrimientos y ruina para la ciudadanía, el líder del PSOE no ha hecho ni el más mínimo gesto de austeridad. Ahora está disfrutando de la vida en La Mareta, una fabulosa mansión que le regaló Hussein de Jordania a Don Juan Carlos, y que el Rey Felipe VI cedió a Patrimonio Nacional.
Con la inflación casi al 11 por ciento y los comerciantes echando cuentas sobre cuándo caerán en suspensión de pagos, Sánchez se pone bañador y disfruta en Lanzarote acompañado de su familia y unos cuantos amigos.
No hay verano en que la izquierda y los progres reclamen a gritos y con pancartas que se abra al público la residencia real de Marivent, en Palma de Mallorca.
Entonces, ¿no tendríamos que reconocer el mismo derecho a los canarios y al resto de españoles para corretear por los jardines o bañarse en las piscinas de la residencia veraniega de los Sánchez?