El escatológico audio que reduce a 'periodismo de retrete' el programa de Fortes (TVE)
- hace 2 años
El mérito hay que atribuírselo a los compañeros de Plataforma TVE Libre.
El momento cazado es para que pase a la posteridad de lo que nunca debería de pasar en un programa. Y mucho menos en directo.
Lo cierto es que en 'La Noche en 24 Horas' (TVE) del 22 de febrero de 2022 los espectadores pudieron escuchar claramente como un sonido extraño se colaba en mitad de la tertulia.
Departía el moderador, Xabier Fortes, con uno de los tertulianos, Fernando Jáuregui, cuando, de repente, era más audible lo que estaba pasando fuera del estudio que en el propio plató.
Al parecer, alguno de los invitados a la tertulia o algún técnico de sonido tuvo que pasar urgentemente al baño, pero sin tomar una mínima precaución.
Y esa no era otra que la de haber desconectado el micro para evitar que se colara en la pequeña pantalla un sonido bastante clarividente y, a la par, desagradable.
Se trataba de alguien que bien parecía estar miccionando o haciendo gárgaras. En cualquiera de los dos casos no era, precisamente, un plato de buen gusto para quien estuviese al otro lado de la pantalla.
De hecho hay quien pensó que era un problema de su televisor y no de la emisión que estaba viendo en ese mismo momento
El momento cazado es para que pase a la posteridad de lo que nunca debería de pasar en un programa. Y mucho menos en directo.
Lo cierto es que en 'La Noche en 24 Horas' (TVE) del 22 de febrero de 2022 los espectadores pudieron escuchar claramente como un sonido extraño se colaba en mitad de la tertulia.
Departía el moderador, Xabier Fortes, con uno de los tertulianos, Fernando Jáuregui, cuando, de repente, era más audible lo que estaba pasando fuera del estudio que en el propio plató.
Al parecer, alguno de los invitados a la tertulia o algún técnico de sonido tuvo que pasar urgentemente al baño, pero sin tomar una mínima precaución.
Y esa no era otra que la de haber desconectado el micro para evitar que se colara en la pequeña pantalla un sonido bastante clarividente y, a la par, desagradable.
Se trataba de alguien que bien parecía estar miccionando o haciendo gárgaras. En cualquiera de los dos casos no era, precisamente, un plato de buen gusto para quien estuviese al otro lado de la pantalla.
De hecho hay quien pensó que era un problema de su televisor y no de la emisión que estaba viendo en ese mismo momento