Une femme collante (Una mujer pegajosa) [1906]
- hace 4 años
Como directora.
En una oficina de correos una señora acompañada de una empleada doméstica compra sellos, luego ambas se acercan a una oficina puesta a disposición de los usuarios. Luego viene una escena inusual: ¡la criada toma una actitud congelada y saca la lengua! Luego, la dama usa, de manera más natural, la lengua de su empleada como una esponja húmeda para humedecer los sellos antes de pegarlos en los sobres.
Intrigado por esta extraordinaria escena, por decir lo mínimo, un caballero observa con interés lo que está sucediendo. Y a fuerza de mirar acaba enamorándose de la jovencita que es encantadora: ¡será necesario, es el caso por decirlo, hablar con la joven!
La oportunidad surge pronto, todos los sobres se han franqueado. Sin resistirse más el señor besa a la joven en la boca. ¡Pero la xosa acaba mal porque quedan enganchados! Breve escándalo en la oficina de correos frente a la indecencia de la escena, tanto más cuando el señor llegó acompañado de su esposa que reparte golpes de paraguas a los culpables.
Un joven empleado inteligente agarra unas tijeras y comienza a separar a los tortolitos, pero ahora parte del orgulloso bigote que adornaba el labio del hombre está a su vez pegado debajo de la nariz de la belleza.
En una oficina de correos una señora acompañada de una empleada doméstica compra sellos, luego ambas se acercan a una oficina puesta a disposición de los usuarios. Luego viene una escena inusual: ¡la criada toma una actitud congelada y saca la lengua! Luego, la dama usa, de manera más natural, la lengua de su empleada como una esponja húmeda para humedecer los sellos antes de pegarlos en los sobres.
Intrigado por esta extraordinaria escena, por decir lo mínimo, un caballero observa con interés lo que está sucediendo. Y a fuerza de mirar acaba enamorándose de la jovencita que es encantadora: ¡será necesario, es el caso por decirlo, hablar con la joven!
La oportunidad surge pronto, todos los sobres se han franqueado. Sin resistirse más el señor besa a la joven en la boca. ¡Pero la xosa acaba mal porque quedan enganchados! Breve escándalo en la oficina de correos frente a la indecencia de la escena, tanto más cuando el señor llegó acompañado de su esposa que reparte golpes de paraguas a los culpables.
Un joven empleado inteligente agarra unas tijeras y comienza a separar a los tortolitos, pero ahora parte del orgulloso bigote que adornaba el labio del hombre está a su vez pegado debajo de la nariz de la belleza.