Leila Slimani, una escritora de antiheroínas que no cree en los monstruos

  • hace 4 años
París (Francia), 17 jun (EFE).- (Imagen: Enrique Rubio) Cuesta pensar que de una sonrisa infantil y una mirada dulce han salido monstruos, pero todo resulta enigmático en Leila Slimani, premio Goncourt 2016, cuya atracción por la perversión esconde una confianza inquebrantable en el ser humano: "No creo en los monstruos", dice en una entrevista con Efe.
 
ENTREVISTA A LEILA SLIMANI, ESCRITORA.
Traducción: "Creo en las segundas oportunidades y creo que nadie está condenada por la eternidad. No creo en los monstruos, que debamos dejar a la gente vivir fuera de la sociedad, siempre que podamos hay que intentar siempre atraerlos hacia nosotros, a recuperar la confianza en sí mismos".
 
Traducción 2: "El país de los otros es esa situación que podemos sentir de ser un extranjero a veces en su propia casa o su propio país".
 
Traducción 3: "He crecido en Marruecos, mi país, pero a menudo he tenido la sensación de vivir en el país de otros porque tengo el sentimiento de representar una minoría o defender valores que son de una minoría, por la laicidad, el derecho de los homosexuales, el derecho al aborto, pero aún así es mi país aunque a veces tenga esa sensación de extrañeza, como me sucede en Francia, a menudo me siento en una posición de marginalidad".
 
Traducción 4: "La individualidad, la vida doméstica, es eso lo que me interesa, cómo las mujeres son alienadas y aplastadas a veces por la maternidad, el matrimonio, lo que se espera de ella, la dificultad para las mujeres de ser egoístas".
 
Traducción 5: "No podríamos leer a Montaigne, Voltaire sin contexto, si no nos contentaríamos con decir que Voltaire es un islamófobo, no podríamos ir muy lejos. Todo debe leerse en su contexto y eso es lo que interesante en la lectura, si la lectura fuera unicamente un juicio moral habría que retirar la mitad de nuestras bibliotecas y tirar los libros, pero no somos fascistas. ¿Qué hace un fascista cuando un libro no le gusta? Lo quema y lo prohíbe, cuando no somos fascistas lo contextualizamos, intentamos reflexionar y separar la belleza literaria, la obra de arte y la ideología que se transmiten dentro que pueden ser nauseabundas".

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