Mi esposo trajo a su nueva chica a nuestra casa. ¡Acabamos de casarnos!

  • hace 4 años
★ Suscríbete a ASÍ ES LA VIDA: http://bit.ly/2rH5mEv

Hola a todos, me llamo Amanda. Hace poco, aprendí que debes pensar con detenimiento antes de decidir algo importante; de otra forma, tal vez tengas que pagar muy caro por tu error. Mi error me costó un año de mi vida.

Estoy acostumbrada a tomar decisiones muy rápido. Creía que, como era joven, tendría tiempo para cambiar todo, sin importar cómo resultaran las cosas. Después de la escuela, elegí una universidad casi al azar y me mudé allí. Y tuve mucha suerte. Comencé la etapa más increíble de mi vida. Tenía muchos amigos y tiempo libre para pasar con ellos. Te imaginarás qué hacíamos casi siempre: así es, estábamos constantemente juntos. Íbamos a todo tipo de lugares y fiestas. Pero lo más genial fue que en esa época me enamoré de alguien: Chris. Asistíamos a la misma clase. Era un gran sujeto, y me alegré cuando me invitó a salir. Nos volvimos novios, y nuestra relación fue de lo mejor. Él era atento, sensible y dulce. Y tal vez deba agregar que venía de una familia bastante adinerada, así que a menudo íbamos a lugares interesantes y a restaurantes caros. Era el novio de mis sueños. Los dos creíamos que se trataba de un amor eterno; así que, cuando me propuso matrimonio un año después, tomé mi decisión muy rápido. Estuve a punto de llorar de felicidad, me limité a gritar: “¡Sí! ¡Sí! ¡Claro que sí!”.

Tuvimos una hermosa boda y una luna de miel maravillosa. Estaba tan feliz de haberme casado con Chris. Después, tuvimos que lidiar con la pregunta de nuestro hogar. Queríamos vivir juntos, pero aún no trabajábamos, no podíamos permitirnos un departamento. Para nuestra sorpresa, los padres de Chris nos dieron un gran regalo de bodas: nos pagaron un año de renta. Querían que nosotros viviéramos cómodos. En ese tiempo terminaríamos la universidad y podríamos mantenernos. Nos mudamos al departamento e iniciamos nuestra nueva vida juntos.

Desde que comenzamos a convivir, las cosas se volvieron un poco más tranquilas. Lo vi como una oportunidad para pasar más tiempo estudiando y buscando trabajo. Claro, extrañaba un poco mi estilo de vida universitario lleno de fiestas, pero ahora éramos oficialmente una pareja, teníamos que pensar en nuestro futuro. Lamentablemente, mi esposo tenía otra opinión. Lo único que quería era seguir saliendo y manteniendo su vida de siempre. Al principio no me molestaba; después de todo, no podía impedir qu

Recomendada