En los últimos años, diversos datos derivados de estudios epidemiológicos y de intervención sugieren que una mayor ingesta de calcio se acompaña de un menor peso corporal y una disminución de la adiposidad total y troncular. Este papel potencial de la ingesta de calcio en la regulación de la adiposidad corporal se ha explicado a través del calcio intracelular, capaz de promover la acumulación de grasa en los adipocitos ejerciendo un control coordinado sobre la estimulación de la lipogénesis y la inhibición de la lipólisis. A su vez, el calcio intracelular se ha implicado en la etiopatogenia de la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina y la dislipemia, presentándose como un posible sustrato común en el síndrome metabólico. La posibilidad de modular el calcio intracelular a través de la regulación de las hormonas calciotropas ejercida por el calcio dietético abre una potencial vía de prevención y abordaje de la obesidad y sus complicaciones. Sin embargo, las evidencias disponibles en este sentido son indirectas y se requieren estudios específicamente diseñados a este fin