La contaminación ambiental del plomo (pinturas con plomo, o gasolina con plomo), alcanza al organismo y llega a depositarse en las neuronas, afectando la capacidad cerebral en forma permanente (El plomo causa lesiones cerebrales permanentes). En monos pequeños, la administración de plomo en los alimentos, predispone a desarrollar posteriormente en el cerebro, placas equivalentes a las que se observan en la enfermedad de Alzheimer. La contaminación ambiental del plomo (pinturas con plomo, o gasolina con plomo), alcanza al organismo y llega a depositarse en las neuronas, afectando la capacidad cerebral en forma permanente (El plomo causa lesiones cerebrales permanentes). En monos pequeños, la administración de plomo en los alimentos, predispone a desarrollar posteriormente en el cerebro, placas equivalentes a las que se observan en la enfermedad de Alzheimer. “No estamos diciendo que la exposición al plomo cause la enfermedad de Alzheimer, pero sí, este elemento parece ser un factor de riesgo”, afirma Nasser Zawia de la Universidad de Rhode Island, en Kingston, autor principal del trabajo en cuestión. Zawia y sus colaboradores alimentaron monos lactantes con una fórmula que contenía niveles bajos de plomo y luego los fueron siguiendo durante su desarrollo, hasta la edad de 23 años. Es sabido que los monos adultos no presentan espontáneamente síntomas de Alzheimer. Sin embargo a los que se les administró pequeñas cantidades de plomo, llegaron a mostrar que sus cerebros tenían placas y otras anormalidades idénticas a las encontradas en cerebros con enfermedad de Alzheimer.