En seis años, la red de librerías Lugar Común se ha convertido en referencia en Venezuela en el mundo de la narrativa, la poesía, los ensayos, y en los talleres literarios que durante ese tiempo suma decenas de jóvenes y adultos contemporáneos. Buena parte de los bautizos de libros en Caracas se realizan en algunas de sus locales; y su primera librería, ubicada en la zona de Altamira al este de Caracas, fue centro de parte del movimiento literario que se vive en la capital venezolana pese a la crisis económica y social.
Fue tal el movimiento que generó ese espacio, que desde principios de 2018 –cuando se anunció el cierre de esa tienda porque no se llegó a un acuerdo con los propietarios por el monto arrendamiento- se hizo viral las expresiones de solidaridad en cada trino de Twitter.
Garcilaso Pumar, creador de “Lugar Común”, recuerda que aun en Caracas se cuentan con otros tres locales, por cierto con más espacio al de Altamira, además hay uno en la isla de Margarita y otro en la ciudad de Mérida.
Refuta tajantemente que se diga que el venezolano no lee y sale a la defensa del interés de los jóvenes por una buena lectura o el buen escribir, aunque no deja de sorprenderse por el gusto hacia los poemas.
“Una de las cosas extrañas de Venezuela es que vende mucha poesía”, comenta Pumar. “Yo siempre hago el chiste de que en Venezuela levantas una piedra y sale un poeta”, acota.
Es un crítico acérrimo del proceso político iniciado en 1999 con el presidente Hugo Chávez, no vacila en calificar de dictadura el actual gobierno de Nicolás Maduro y rechaza los intentos del régimen de imponer un modelo cultural, que en el caso de la lectura tiene su referente en los textos que se venden en las Librerías del Sur, aupadas oficialmente. “Es un intento de la dictadura de imponer qué se debe leer”, sentenció.
En sus redes sociales, se define como librero, editor, católico, caraqueño, caraquista (fanático del equipo de beisbol Los Leones del Caracas) y demócrata anticomunista.