Su perro le permitió superar una crisis familiar y despertó su vocación de servicio

  • hace 6 años
El refugio que encontró Alejandro en su perro, cuando sus padres enfrentaron una crisis, fue una conexión que permitió superar el mal momento y le dio un rumbo a su vida. En retribución, el joven de 20 años dedica tiempo y esfuerzo a rescatar perros abandonados y así su proyecto, que adelanta junto a un amigo, se cristalizó. “Manada Kirucanes” es su emprendimiento y un modo de agradecer, según dice, el cariño incondicional que ofrecen los canes.
Ya su papá no vive con ellos. Con el tiempo, la entrega en el cuidado de estos animales generaba gastos difíciles de costear. Tiene ocho perros en su casa, que ha rescatado. En el refugio están otros 26. Vela por la salud y la comida de sus mascotas y de las que están en el albergue junto a otros activitas.
Alejandro pasea perros, un oficio poco común en una ciudad tan hostil como la capital venezolana. También ofrece servicio de baño y corte de pelo a domicilio, desafiando la desconfianza de los caraqueños. Dice que quisiera ser un “encantador de perros”, como el conocido entrenador César Millán. Eso, que para muchos era una pérdida de tiempo y un reservorio de excrementos y ladridos constantes, ahora le permite pagar sus estudios de Turismo, comprar algo de comida y, en definitiva, ayudar a su mamá.

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