¿Cómo se controla una herida hemorrágica?
  • hace 9 años
Madrid, 17 jul (efesalud.com). El enfermero de Urgencias, Alejandro Blanco Aoiz, nos muestra en este vídeoblog la mejor manera de atender a un bañista accidentado que sufre una herida abierta en un brazo tras un golpe en la piscina o en la playa: "En un principio, no curaremos la herida, la controlaremos para que se corte la hemorragia, no duela o no se infecte y cause males mayores".

El objetivo de la emergencia trata de que la herida no empeore el pronóstico. Son acciones curativas que intentan una rápida y vigorosa cicatrización.

Alejandro Blanco, del Consejo General de Enfermería, nos recuerda que una herida hemorrágica podría llegar a causar, incluso, la muerte, por lo que debemos actuar con un protocolo basado en la eficacia y, por lo tanto, antes de nada o a la vez hay que poner en marcha la cadena de la supervivencia llamando al 112 (en España).

Nuestro enfermero nos propone que valoremos la herida abierta en función de ciertos riesgos vitales: la hemorragia, el dolor e la infección.

"Las heridas se definen por la importancia y el nivel del sangrado, aunque el dolor puede agravar el estado del paciente si afecta a su sistema cardiovascular con un estrés inesperado o una pérdida de tensión arterial. También es decisivo el factor infeccioso, ya que, salvo en un quirófano, no existen las heridas limpias. Todas son sucias", aclara.

¿Y cómo se trata una herida hemorrágica?... Alejandro es un enfermero con recursos y completa este vídeoblog con la puesta en práctica de la teoría, por lo que ha solicitado la ayuda de una voluntaria, María, bibliotecaria en la sede María Zambrano de la Universidad Complutense de Madrid.

Alejandro sujeta el brazo de María, "maniquí sanitario para la ocasión", y nos plantea un ejercicio de imaginación: tenemos que visualizar una herida abierta y muy sangrante en el antebrazo.

"Primero observaremos las medidas de seguridad. No podemos entrar en contacto con la sangre si no disponemos de guantes profilácticos, un método de barrera, como las gafas y las mascarillas, que impide que nos contagiemos de los fluidos del paciente o que lo infectemos con nuestros propios virus y bacterias", advierte.

"Luego, presionaremos directamente sobre la herida con una gasa estéril para detener la hemorragia. Si no dejara de fluir la sangre, elevaríamos el brazo del paciente por encima de la altura del corazón. Si la herida fuera en una pierna, el bañista tendría que tumbarse. Buscaríamos disminuir la presión arterial en el brazo o la pierna y atenuar el sangrado", demuestra.

"Si no lo consiguiéramos, aplicaríamos un vendaje compresivo sobre la herida, una exanguineación. Colocaremos la venda desde la mano hacia el codo, de forma circular. Evacuaremos la sangre hacia la parte más proximal del brazo. Si queremos aumentar la presión repetimos con más capas de vendaje", explica.

Si la herida continuara sangrando, podríamos aplicar hielo para que el frío ejerza vasoconstricción.

"Pero la última técnica para atajar la sangre consistiría en una compresión con las manos sobre la arteria principal del brazo, la braquial o humeral; que pasa entre los músculos bíceps y tríceps", expone.

También podríamos usar un esfingomanómetro, instrumento médico que conocemos por tensiómetro, para 'clampar' la arteria.

¿Y cómo trataríamos el dolor del herido?... Podría ser que el dolor comprometiera su salud cardiovascular, lo que obliga a analizar su frecuencia cardíaca.

"Colocamos un pulsioxímetro en el dedo índice de la otra mano. La frecuencia cardíaca indicará si el sistema nervioso está sufriendo. Si el ritmo cardíaco fuera superior a lo normal -entre 50 y cien latidos por minuto- se debería administrar un analgésico para relajar la tensión, medicamento que solo prescribe un médico, aunque la enfermería está en disposición de hacerlo", dice.

¿Y cómo lavaríamos y desinfectaríamos la herida?... Alejandro Blanco nos recuerda que las heridas sucias no se curan, siempre se infectan y no cicatrizan.

"Lavamos la herida con agua y jabón normal, o suero fisiológico, y gasas estériles. A continuación, desinfectamos con povidona yodada -antiséptico tópico amarillento-, aunque debemos tener precaución ante posibles alergias del paciente y ante el contacto con sus mucosas, debido a la toxicidad del yodo", especifica.

No obstante, el desinfectante que más se utiliza es la clorhexidina, una solución antiséptica que puede entrar en contacto con las mucosas y que genera un menor número de alergias.

"Lo que no se puede utilizar para lavar o desinfectar una herida es el alcohol -previene-, ya que su uso médico se ciñe a la desinfección del instrumental o de la superficie de la piel sin abrasiones".

Alejandro Blanco, y tod@s @s enfermer@s, desean no tener que abrir el botiquín en verano, pero los accidentes nos acosan y surgen al mínimo despiste. Por eso nos desea unas vacaciones felices, sin visitas a la enfermería.

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