Impulsar el crecimiento global, luchar contra la evasión fiscal y combatir el cambio climático. Son las principales conclusiones de la cumbre del G20, marcada por las tensiones con Rusia.

Valdímir Putin no llegó a firmar la foto de familia. Abandonó Brisbane, Australia, antes de que se publicara la declaración final. El presidente ruso, sometido a una gran presión por el conflicto en Ucrania, aduce que tenía que dormir un poco, antes de volver al trabajo el lunes.

“Si Vladímir Putin continúa por el mismo camino, vulnerando el derecho internacional, proporcionando armas pesadas a los separatistas en Ucrania y violando el pacto que él mismo aceptó hace apenas unas semanas, el Acuerdo de Minsk, el aislamiento que Rusia experimenta actualmente continuará”, advirtió el presidente estadounidense.

Putin, convencido de que la crisis ucraniana tiene solución, ha señalado que la imposición de sanciones a Moscú “daña a todas las partes”.

En materia económica, el G20 revisó sus previsiones y elevó la meta de crecimiento mundial hasta el 2,1 por ciento, de aquí a 2018.

Sus miembros consideran que las más de mil medidas presentadas para acelerar el crecimiento e impulsar el empleo ayudarán a remontar el estancamiento.

“Este año, el G20 ha presentado resultados prácticos y reales, gracias a los esfuerzos realizados por sus miembros durante el año y que han culminado en las últimas 48 horas. La gente de todo el mundo se verá beneficiada”, afirmaba el primer ministro australiano.

Pese a la oposición de Australia a incluir la cuestión del cambio climático en la agenda de la cumbre, los líderes del G20 abordaron el tema y se comprometieron a afrontarlo con acciones fuertes y efectivas.