Vacaciones... ¡un gran reto para la pareja!
- hace 10 años
Madrid, 29 jul (efesalud.com). ¿Crees que las vacaciones de verano te ayudarán a mejorar las relaciones con tu pareja? La psicóloga clínica Miren Larrazabal Murillo te ofrece en este vídeoblog esencias y perfumes para que el descanso estival libere un tiempo de felicidad conyugal o familiar y no se transforme en una sesión intensiva de angustia.
"Las vacaciones son maravillosas. Nos relajamos, disfrutamos, nos reímos, incluso nos aburrimos a conciencia; pero tampoco es para tirar cohetes. Todos y todas generamos grandes expectativas en torno a las vacaciones, a veces demasiado irreales o idealizadas. Y lo primero que debemos hacer es adaptarlas a nuestra realidad", expone.
Por eso, Miren Larrazabal te pide que cojas papel y lápiz, o la tableta, y tomes nota, o anotes: "Los problemas de la pareja viajan en la maleta, y la playa o la montaña pueden ser espacios adecuados para abrirla de par en par, airear los problemas con calma y ponerlos de uno en uno sobre la cama".
Es importante que hables con tu pareja y le transmitas que quieres hablar de las dificultades que os distancian en las diferentes áreas, y que le digas lo importante que es resolverlo para ambos.
Las parejas felices se diferencian de las parejas que son desgraciadas en la forma de afrontar los mismos problemas.
Elige un lugar y el momento adecuados. Las parejas fallamos mucho en esta cuestión y planteamos los problemas en los lugares más inadecuados y en los momentos más inoportunos.
Tienes que tener en cuenta tu estado emocional... si tienes un mal día, si estás enfadado o triste. Si te sientes alterado no es el momento adecuado porque tienes muchas posibilidades de desbarrar y de que se te vayan los temas de las manos.
También ten en cuenta el estado emocional de tu pareja. Tienes que observar si está en el momento adecuado, en una disposición positiva.
¿Sabes por qué tenemos dos orejas y una boca? porque en comunicación es mucho más importante escuchar que hablar. Si vas a tratar un problema con tu pareja, deja que hable y opine; escucha. No interrumpas, no juzgues, no cortes el diálogo, no te quejes, no critiques... tranquilidad; deja que exprese sus opiniones. Empatizar no significa darle la razón, significa que puedes entender y comprender sus emociones.
No busques culpables y sí soluciones. No se trata de mirar y señalar las culpas del otro. No es una novela de Agatha Christie, escritora de novelas especializada en el género policial.
Aprende a negociar. No te puedes llevar toda el ascua a tu sardina. La manera más inteligente de conseguir un pacto es aquella en la se benefician los dos miembros de la pareja, lo que los americanos denominan modelo "win win": gano yo y ganas tú.
No pretendas pasar todo el tiempo de las vacaciones al lado de tu pareja y que el tiempo compartido sea una sesión de terapia intensiva.
Dedica tiempo a la relajación, a los momentos divertidos, a pasar momentos lúdicos. La risa es un potente y formidable bálsamo para aminorar los conflictos. Es muy difícil reír y al mismo tiempo estar rabioso con alguien.
Guarda tiempo para ti misma. Debe haber un tiempo para la pareja y un tiempo para la soledad. Un tiempo que puedes dedicar a jugar, a correr o a practicar tus aficiones preferidas.
Si viajas acompañado de tus padres o suegros, hermanos, tíos o sobrinos, es importante que cada persona que integra el grupo sepa cuál es su cometido; sepa qué tiempo es el de la pareja y qué tiempo es el de la familia.
Para la psicóloga, "si sigues estos consejos es muy probable que a tu vuelta de vacaciones la pareja, tu pareja, esté mucho más unida a ti".
Y si la pareja está inmersa en una crisis desbordante y ella o él no tienen claro si es conveniente pasar juntos las vacaciones de verano, Larrazabal recomienda "tiempo libre. Que cada uno se vaya por su lado, pero pactando las cosas que están permitidas; no vaya a ser que a la vuelta tengamos sorpresas".
Como dice el refrán, y Miren cita una vez más: "En una pareja, tres son multitud".
Consejos sobre psicología y sexología: http://goo.gl/mPXos6
Más vídeos y reportajes en http://www.efesalud.com/
"Las vacaciones son maravillosas. Nos relajamos, disfrutamos, nos reímos, incluso nos aburrimos a conciencia; pero tampoco es para tirar cohetes. Todos y todas generamos grandes expectativas en torno a las vacaciones, a veces demasiado irreales o idealizadas. Y lo primero que debemos hacer es adaptarlas a nuestra realidad", expone.
Por eso, Miren Larrazabal te pide que cojas papel y lápiz, o la tableta, y tomes nota, o anotes: "Los problemas de la pareja viajan en la maleta, y la playa o la montaña pueden ser espacios adecuados para abrirla de par en par, airear los problemas con calma y ponerlos de uno en uno sobre la cama".
Es importante que hables con tu pareja y le transmitas que quieres hablar de las dificultades que os distancian en las diferentes áreas, y que le digas lo importante que es resolverlo para ambos.
Las parejas felices se diferencian de las parejas que son desgraciadas en la forma de afrontar los mismos problemas.
Elige un lugar y el momento adecuados. Las parejas fallamos mucho en esta cuestión y planteamos los problemas en los lugares más inadecuados y en los momentos más inoportunos.
Tienes que tener en cuenta tu estado emocional... si tienes un mal día, si estás enfadado o triste. Si te sientes alterado no es el momento adecuado porque tienes muchas posibilidades de desbarrar y de que se te vayan los temas de las manos.
También ten en cuenta el estado emocional de tu pareja. Tienes que observar si está en el momento adecuado, en una disposición positiva.
¿Sabes por qué tenemos dos orejas y una boca? porque en comunicación es mucho más importante escuchar que hablar. Si vas a tratar un problema con tu pareja, deja que hable y opine; escucha. No interrumpas, no juzgues, no cortes el diálogo, no te quejes, no critiques... tranquilidad; deja que exprese sus opiniones. Empatizar no significa darle la razón, significa que puedes entender y comprender sus emociones.
No busques culpables y sí soluciones. No se trata de mirar y señalar las culpas del otro. No es una novela de Agatha Christie, escritora de novelas especializada en el género policial.
Aprende a negociar. No te puedes llevar toda el ascua a tu sardina. La manera más inteligente de conseguir un pacto es aquella en la se benefician los dos miembros de la pareja, lo que los americanos denominan modelo "win win": gano yo y ganas tú.
No pretendas pasar todo el tiempo de las vacaciones al lado de tu pareja y que el tiempo compartido sea una sesión de terapia intensiva.
Dedica tiempo a la relajación, a los momentos divertidos, a pasar momentos lúdicos. La risa es un potente y formidable bálsamo para aminorar los conflictos. Es muy difícil reír y al mismo tiempo estar rabioso con alguien.
Guarda tiempo para ti misma. Debe haber un tiempo para la pareja y un tiempo para la soledad. Un tiempo que puedes dedicar a jugar, a correr o a practicar tus aficiones preferidas.
Si viajas acompañado de tus padres o suegros, hermanos, tíos o sobrinos, es importante que cada persona que integra el grupo sepa cuál es su cometido; sepa qué tiempo es el de la pareja y qué tiempo es el de la familia.
Para la psicóloga, "si sigues estos consejos es muy probable que a tu vuelta de vacaciones la pareja, tu pareja, esté mucho más unida a ti".
Y si la pareja está inmersa en una crisis desbordante y ella o él no tienen claro si es conveniente pasar juntos las vacaciones de verano, Larrazabal recomienda "tiempo libre. Que cada uno se vaya por su lado, pero pactando las cosas que están permitidas; no vaya a ser que a la vuelta tengamos sorpresas".
Como dice el refrán, y Miren cita una vez más: "En una pareja, tres son multitud".
Consejos sobre psicología y sexología: http://goo.gl/mPXos6
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