La represión de la Ley Bala se ha instaurado en el estado mexicano de Puebla y amenaza con extenderse. Los ciudadanos denuncian que se pretende aplastar así las manifestaciones y protestas suspendiendo derechos humanos y con mano dura de las fuerzas de seguridad.

Denuncian la barbarie policial que reprime protestas con gases lacrimógenos, pequeños misiles de plástico (20 centímetros) y balas de goma como las que han terminado con la vida de un niño de 13 años y dejaron varios heridos en San Bernardino Chalchihuapan.

Piden la renuncia del secretario de Gobernación y de Seguridad, Miguel Ángel Osorio, por intento de homicidio colectivo. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México ha abierto una investigación para esclarecer la muerte del menor mientras la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ha negado que se estén usando balas de gomas para dispersar a los manifestantes.

La conocida como Ley Bala (ley que regula el uso legítimo de la fuerza) puesta en marcha en este estado es una herramienta que arranca en Puebla, se extiende ya a tres estados y, según muchas voces, es un laboratorio de pruebas que se extenderá al resto de México para hacer frente a la indignación popular por las reformas del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

Concretamente frente a la reforma energética se enfrenta al rechazo popular con la movilización de los movimientos indígenas y campesinos que advierten de las consecuencias y del despojamiento de sus tierras para la explotación de recursos naturales.

Invitados:

Juan Luis de La Rosa, activista y defensor de derechos humanos

Alberto Lerner, activista e investigador