Esto es lo que hace el artista argentino Leandro Granato, inventor de este tipo de técnica.

Para Granato, todo empezó como una forma de terapia.

“Cuando murió mi abuelo tuve que organizar el funeral y no pude hacer el duelo, no lo pude llorar. Fue entonces cuando empecé a pintar y pensé: ¿por qué no pintar con lágrimas? Fue entonces cuando empecé a estudiar la pintura y las técnicas. Tardé dos años en pintar el primer cuadro”, explica Granato.

“Mi técnica atrae pero al mismo tiempo causa impresión o repulsión, puede generar un interés pero también una emoción negativa, una repulsión por parte de la gente. Y eso está muy bien, que una obra genere un sentimiento en las personas”, asegura.

Granato busca ahora galerías que quieran exponer sus obras y espera que otros artistas se inspiren en su técnica para pintar.