Minas vagantes en Bosnia-Herzegovina

  • hace 10 años
La guerra hizo estragos y dejó más de 100.000 artefactos que las inundaciones podrían haber arrastrado. Tienen gran poder explosivo, pesan apenas dos o tres kilos e incluso su apariencia es inofensiva.

Los campos de las zonas rurales del país, densamente pobladas, son ahora un peligro
porque las minas han llegado hasta algunas casas.

“Ayer tuvimos noticia de que un hombre había lanzado al río Bosna dos minas que las inundaciones habían dejado en su jardín. Y esto es lo peor que uno puede hacer”, explica el responsable del centro de desactivación de minas de Visoko, Fikret Smais.

La localización y desactivación de las minas es ahora una prioridad en muchos municipios, como en Visoko, que fue un centro de operaciones para la ofensiva contra el sitio de Sarajevo.

“Mucha gente depende de la agricultura y ahora, las inundaciones han arrasado los campos y han destruido las cosechas. Para el ayuntamiento de Visoko limpiar estos campos será un problema enorme”, dice la alcaldesa, Amra Babic.

Los artificieros se emplean a fondo pero estas operaciones son de envergadura. Desactivar una mina cuesta 720 euros por unidad.

En la última década, 1.800 personas han muerto en Bosnia-Herzegovina por accidentes relacionados con las minas antipersona.

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