El presidente estadounidense Barack Obama ha inaugurado en Nueva York el museo sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. Una instalación sobria en el que las casi 3.000 víctimas de los atentados son las auténticas protagonistas. Han hecho falta casi trece años para su conclusión. Se abre al público el miércoles 21.

Pueden verse detalles personales, desde un anillo de boda a un casco de bombero, el resto de uno de los aviones empleado en el ataque o un camión de bomberos aplastado por los escombros. Y es que el museo hace también un homenaje a los servicios de rescate de la ciudad, que perdieron a más de 400 de sus miembros, entre ellos 341 bomberos, mientras intentaban evacuar las Torres Gemelas.

Obama, afirmó que nada podrá romperlos, en un mensaje claro de firmeza en el que recordó a las víctimas: “aquí contamos su historia para que las generaciones que aún no han nacido, nunca los olviden”.

El corresponsal de EuroNews en Estados Unidos, Stefan Grobe, explica: “cada escalón que se baja por la larga escalera que lleva al centro de la angustia de la ciudad de Nueva York va a ser doloroso para muchos. Va a ser una experiencia tan intensa como necesaria.
Pero las incógnitas sobre la financiación del museo permanecen. El Congreso está recibiendo peticiones para subsidiar el museo del 9/11 como lo hace con los museos que conmemoran el Holocausto y Pearl Harbor. Es un debate que está lejos de terminar “.