La aguas del océano Índico podría haber sido el último destino trágico del vuelo MH370. Las señales electrónicas captadas del el aparato, un Boeing 777, parecen indicar, según las agencias, que este se habría quedado sin gasolina allí tras virar de su trayecto inicial, que le debía llevar de Kuala Lumpur a Pekín.

“Junto a nuestros socios internacionales continuamos la búsqueda”, decía el ministro de Transportes malasio Hishammuddin Hussein. “Ahora vamos ampliar el área hacia el sur del mar de China y el Océano Índico. No queremos más que encontrar el avión lo antes posible”.

Este llevaba 239 personas a bordo. La mayor parte de los pasajeros eran de nacionalidad china.

“China insta a las autoridades malasias a que nos transmita de manera rápida y comprensible la información de que dispone. No solo para contribuir al esfuerzo de rescate y búsqueda de China sino para que la operación sea más efectiva y eficiente para todos”, ha insistido Hong Lei, portavoz del Ministerio de Exteriores chino.

En el aeropuerto de Kuala Lumpur los familiares y amigos rezan por el destino de los que viajaban aquel día fatídico en ese trayecto.

Con las últimas informaciones también gana terreno la posibilidad de que la desaparición del avión haya sido un acto intencionado.